Buscar una vida más sencilla para mi familia. Está en mi ideario, mi biografía y mi lista de tareas. Me gusta darle a las cosas la importancia justa, quitarle hierro al asunto, no complicarme. Soy práctica y no me pierdo en los detalles. Positiva y alegre, y me gusta hacer las cosas sin que parezca que detrás llevan un gran esfuerzo. Si te digo que mi ratito favorito del día es el café después de dejar a Berta en el cole, te imaginarás un momento slow. Y nada más lejos de la realidad. Me echo el café por encima, o me lo llevo puesto de camino al parque, donde Bruno y yo pasamos muchas horas, paseando y jugando.
Mi apuesta por la sencillez a veces no es la opción más fácil, pero es la que a mí me funciona. Tener a Bruno todo el día conmigo, llevar a Berta andando al cole. Recogerla a mediodía para comer en familia. Preparar comida de verdad. Criarles como me manda mi instinto.
Pero hay un lugar en donde la vida sencilla sale sola y sin esfuerzos. La vida de pueblo. Mi infancia son recuerdos de veranos sin tele y rodillas desolladas. La bici en la puerta de casa. Las excursiones al Molino del Cleto. El calippo de limón cuando no miraba mi madre. La tarta de galletas. El concurso de disfraces. La orquesta, la velada. Los dichosos petardos.
Quiero esos veranos de vida sencilla para mis hijos. De tardes que nunca terminan, de amistades que no se olvidan. Y para mí. Volver a mis orígenes y encontrarme con mi tribu. Comer en el jardín y beber en la fuente. Perseguir atardeceres sin filtro. ¡Ganas de verano y de pueblo!
Y a ti, ¿te gusta la vida sencilla de pueblo, o ni en verano te molesta el asfalto?
Ruth! Pues mira, yo también soy de pueblo… No tengo niños, pero sí creo que un pueblo (eso si, medianamente grande) es el mejor lugar para que los niños crezcan. Si la ciudad engulle a los mayores, a los pequeños todavía más. Vivir en el pueblo hace tomar consciencia de las pequeñas cosas, de lo verdaderamente importante. En la ciudad muchas veces todo es correr, correr y más correr (para ir al cole porque los padres tienen que trabajar, para ir a buscarlos, para ir a las mil y una actividades extraescolares). Recuerdo mis veranos de pequeña en mi pueblo, de tardes interminables en la calle, jugar imaginando, cantar… Todo eso en la ciudad es mucho más complicado y, realmente, creo que momentos como esos les ayudan mucho a encontrarse.
Besos Ruth! Feliz Verano!
¡Muchas gracias Sara! Mi pueblo es pequeñito, pequeñito. Durante el año vivimos como dices “engullidos” por la gran ciudad, aunque trato de hacerla más amable para los pequeños…pero en cuanto nos dan las vacaciones emigramos al pueblito, para pisar la tierra, mancharnos de barro, bañarnos en el río y todo lo que ya conoces. Cada día nos gusta más. ¡Un beso muy grande y feliz verano para ti también!
Hola Ruth hoy practique tomarme un café tranquilamente después de dejar a Sofía en la guardería me olvide el móvil en casa y ha sido uno de los mejores momentos del día disfrutando tranquilamente de mi café con tostadas de aceite y paseando y me he acordado de tu post por eso te escribo. te mando un beso que disfrutes mucho de tu verano
Mmmmm…qué momentito tan bueno Susana!!!! Muchas gracias por haberte acordado de mi y escribirme. Nosotros recién llegados del pueblito, donde el café es peor pero sabe más rico…Un beso enorme y feliz verano para ti también!!!!
Muy emotivo, me encantó compartir esa infancia y por supuesto la adolescencia. Valdanzo es la soga y la tira, las pipas facundo y la era verdadera.
Un fuerte abrazo
¡Muchas gracias Verde Limón! Tenemos esos recuerdos grabados en la piel sin necesidad de tatuajes. Me encanta que ahora sean nuestros niños los que corran por la era verdadera. Te aviso que las pipas facundo este año son al punto de sal y dejan la boca un poquito menos estropeada. Qué ganas de vernos por allí. ¡Un beso enorme!
Que bonita manera de orientar la crianza. Como explicas, hay que buscar alternativas que ayuden a crecer. La vida en el pueblo…es una descripcion tal cual de la vida…ir al ritmo que permite sentir la respiracion, jugar, inventar, descubrir y sentir. La sencillez en la vida es una búsqueda que aporta mucho sentido y retoma lo importante, disfrutar del vinculo, la creatividad y el disfrute de cada instante. Una bici y el viento en la cara, una merienda escuchando el rio y las chicharras, buscar tesoros e idear caminos que lleven a cuevas…admirar y nombrar las estrellas desde el tejado de una caseta en la era. Inolvidable. Necesario. Feliz verano!!
¡Muchas gracias por tu comentario! No es fácil la vida en donde vivimos, con el claxon de banda sonora…por eso es necesario inventar y no hay mejor lugar que allí. Somos muy afortunados de poder pasar un verano como los de antes, el pueblo ocupa un lugar muy importante en nuestra vida. No puedo esperar a juntanos unos días allí. Un beso muy grande y feliz verano.