Pasar el verano en Madrid con niños puede ser duro. Con muchos parques a pleno sol, y el asfalto derritíendose, a veces lo único que se nos ocurre es la piscina. Nosotros tenemos un plan que normalmente funciona, por estar cerca de casa, ser muy tranquilo y bastante fresco. Berta le llama “El Bosque”, pero en realidad es “El Campo del Moro”, uno de los jardines del Palacio Real. A veces vamos cuando alguno tiene un mal día, porque tiene una magia especial que serena los ánimos. Por eso el otro día cuando bajamos hasta allí y nos encontramos la puerta cerrada, nos quedamos chafados. Había que reaccionar rápido porque era muy pronto por la tarde y el sol pegaba muy fuerte, así que en lugar de volvernos sobre nuestros pasos nos atrevimos a cruzar a través del Puente del Rey, para dar un paseo por la Casa de Campo.
¡Qué acierto! Siempre es bueno salir de la zona de confort, aunque a veces con los niños cuesta menos ir a lo seguro. A mi me gusta mucho organizarme, ir sabiendo lo que me voy a encontrar, con el bolso bien preparado con las cosas que vamos a necesitar…pero la vida es así, las cosas más interesantes surgen cuando menos te lo esperas. No pensábamos pasar tanto calor, pero la Casa de Campo está repleta de fuentes para beber y refrescarse. Berta estrenaba sus cangrejeras Igor de Leopótamo, y se metió en el agua entera.
Nada más cruzar el puente, dejando a un lado Madrid Río, subimos una pequeña cuesta con carril bici, perfectamente asfaltaba y cómoda para Bruno que iba con su patín. Con un pequeño paseo muy sombreado llegamos al embarcadero, donde cogimos una barca. Aunque hacía calor, el estanque es muy fresco y hay una vista preciosa de los edificios de Plaza de España. ¡Es increible que esté tan cerca! A los niños les encantó buscar carpas, y compartir su merienda con ellas, porque yo no iba preparada con pan duro que parece ser su alimento favorito.

Alrededor del Lago hay varios chiringuitos donde tomar algo, y los niños se pueden entretener dando de comer a los patos. Pero lo mejor (para ellos) está cruzando el parking: un enorme parque infantil con un montón de columpios para todas las edades, donde terminar la tarde si os quedan fuerzas. A primera hora debe ser muy caluroso, pero sobre las 7 ya está completamente sombreado, y se estaba muy fresquito.
Como era un día de cole, tuvimos que volvernos pronto (el Metro de Lago está justo al lado), pero me encantó hacer un plan diferente e inesperado. Tanto, que me he propuesto hacer uno nuevo cada semana. Y tu ¿eres más de planes organizados o prefieres improvisar y dejarte sorprender?
A nosotros también nos encanta la casa de campo, tiene mil rincones y sitios para perderse y desconectar de la ciudad.
Pd:Que reguapa Berta con las cangrejeras 🙂
¿Verdad? Es increible que esté tan cerca y que sea tan enorme, yo creo que siempre tiene zonas nuevas para descubrir. Las cangrejeras un éxito total. ¡No se las quita! Beso grande